La Toscana es un destino inolvidable desde la calurosa bienvenida de la gente, sus verdes prados, sus sabores… todo para enamorarse de aquel lugar tan romántico.

Mi amiga y yo decidimos hacer este viaje porque siempre nos atrajo el país Italia, aunque elegimos la zona de la Toscana porque sabíamos que era exótica y digna de explorar. Viajamos desde Barcelona hacia LIVORNO en barco unas cuantas horas de viaje, aunque muy divertidas ya que aprovechamos para hacer amigos e interactuar con la gente, desde luego fue muy ameno.

Teníamos una guía de viaje “Que ver en la Toscana” y alguna idea de la ruta que íbamos a hacer, aunque nada totalmente estipulado el destino nos daba la libertad de improvisar cada día. También era muy importante para nosotras que fuera un destino seguro ya que éramos dos chicas jóvenes solas y realmente en todo momento estuvimos tranquilas y seguras, incluso a altas horas de la noche.

Llegamos a Livorno al atardecer, era agosto y hacía calor, el clima Mediterráneo es de los mejores ya que el verano es cálido, pero no agobiante como en otras zonas, por la noche hay una brisa fresca agradable. Para visitar la zona la mejor época del año es desde abril-mayo hasta septiembre-octubre. Desde la primavera, pasando por el verano y hasta bien entrado el otoño.

Esa noche recorrimos sus calles y canales, degustamos una cena ligera con variedad de quesos acompañada con mermelada de higos y un buen vino blanco que es típico de allí. El sitio donde cenamos era idílico a la luz de la luna llena, sentadas al lado de un canal, una maravilla.

Al día siguiente, pusimos rumbo a PISA, cogimos el tren desde Livorno, donde nos hospedamos. Ese día fuimos desde allí a conocer la ciudad de LUCCA, siempre viajando en autobús y en tren. También se pueden hacer rutas en coche, aunque es más cómodo hacerlo en coche y te da libertad, también se puede hacer en transporte público ya que es muy fluido y aporta experiencias de interacción con el lugar, además es más económico.

Que puedo decir de Lucca... una ciudad con un encanto sinigual, es difícil describir la combinación de experiencias, imágenes y sabores que se pueden vivir en una visita, la plaza del Anfiteatro con su carrusel y la gente del lugar paseando, beber una café macchiato sentadas en una terraza con vistas al parque verde y a las antiguas murallas que rodean la ciudad.

Volviendo a Pisa, fuimos a conocer la Torre de Pisa por la noche, atardecía cuando llegamos al recinto. El entorno de la torre es maravilloso, la Plaza del Duomo con sus jardines verdes alrededor donde poder hacer fotos, en las calles aledañas se puede comer o cenar con las vistas de la torre a la luz de las velas con el típico mantel con cuadros rojo y blanco, así lo hicimos nosotras saboreando los platos tradicionales pasta y risotto acompañado de un buen vino rosado.

La gastronomía de allí es sublime, porque es importante destacar que no hace falta ir a restaurantes caros para comer bien solo hay que tener buen ojo y darse cuenta cual es el tradicional, esos típicos familiares que pasan de generación en generación, atendido por sus dueños. Desde los antipastis, platos principales hasta los postres y cafés además de los helados ¡¡solo pensarlo se me hace la boca agua!!

Al día siguiente fuimos a SIENA, de las ciudades favoritas para mí en este viaje, la Piazza di Campo fue el sitio más curioso. Porque la gente se sienta allí a charlar, algunos con instrumentos tocan música, otros a comer pizza con las manos se pueden ver varios grupos de jóvenes interactuando y la plaza puede estar llena de gente todos en armonía.

La Toscana

La sensación que me transmitió esta ciudad es increíble, lo que te puede proporcionar cada lugar a nivel de emociones, la energía y el ambiente que se respira allí es inexplicable. ¡¿Será porque es una ciudad donde estudiantes llegan de todas partes del mundo para cumplir sus sueños y se puede palpar los deseos de cada joven al estar allí?!...

Por ultimo visitamos FLORENCIA, una ciudad tan completa en arte y paisajes, tanto si estás unos días para adentrarse en sus museos, iglesias y monumentos como si vas de excursión por el día para obtener una vista a vuelo de lo que es. Se puede apreciar de todas las maneras, aunque yo recomiendo unos tres días mínimo para compensar.

Nuestro viaje terminó allí dejándonos esos recuerdos tan especiales y detalles que contar sobre este destino tan maravilloso como exclusivo, quedaron muchos lugares por visitar para un próximo viaje como: la ciudad de San Gimignano y ver algún viñedo en la zona entre otros atractivos.

Es un destino que se debe vivir con todos los sentidos, gusto para probar sus vinos y productos como sus quesos y recetas típicas culinarias, visión para guardar en nuestra retina el verde de sus colinas y las maravillosas construcciones, tacto para tocar y explorar toda clase de souvenirs que se pueden comprar en cada ciudad. Oído para escuchar sus sonidos, de la calle y su gente. Por ultimo olfato para enriquecernos con el aroma del café por la mañana.

La Toscana no es solo un destino que visitar, es una experiencia en su máximo esplendor.

Daiam I.

12/12/2019